Unidos los dos términos, uno se sustantiva y el otro se adjetiva en
Atit Alá, pero ya en la interpretación que le dieron los primeros castellanos,
en el siglo XVI se convirtió en Atitlán, suprimieron la vocal después de la
consonante T y le agregaron una N al final Atitlán.
Los orígenes del Lago de Atitlán son de hace mucho tiempo cuando los
cakchiqueles dieron muerte a saetazos a Tolgom: se marcharon más allá del lugar
de Qakbatzulú y arrojaron a la laguna los pedazos de Tolgom. Desde entonces es
famosa la punta del cerro del lanzamiento de Tolgom. Enseguida dijeron: Vamos
adentro de la laguna. Pasaron ordenadamente y sintieron todos mucho miedo
cuando se agitó la superficie del agua.
De allá se dirigieron a los lugares llamados Panpatí y Payán Chocol,
practicando sus artes de hechicería. Allí encontraron nueve zapotes en el lugar
de Chitulul. A continuación comenzaron a cruzar el lago todos los guerreros
yendo por último Gagavitz y su hermana llamada Chetehauh. Hicieron alto y
construyeron sus casas en la punta llamada actualmente Qabouil Abah. Enseguida
se marchó Gagavitz; fue realmente terrible cuando lo vieron arrojarse al agua y
convertirse en la serpiente emplumada.
Al instante se obscurecieron las aguas, luego se levantó un viento
norte y se formó un remolino en el agua que acabó de agitar la superficie del
lago.
Los poblados mencionados han de haber estado en la parte noroeste
del lago, mientras que lo siguiente pudo haber sucedido cercano al actual
Santiago Atitlán: Allí deseaban quedarse las siete tribus, querían ver la
ruina del poder de los zutujiles. Cuando aquellos bajaron a la orilla del agua
y se detuvieron allí, les dijeron a los descendientes de los Atziquinahay:
Acaba de agitarse la superficie de nuestra laguna, nuestro mar ¡oh hermano nuestro!
Que sea para ti la mitad del lago y para ti una parte de sus frutos, los patos,
los cangrejos, los pescados, les dijeron. Y después de consultar entre sí,
contestaron: Está bien, hermano. La mitad de la laguna es tuya, tuya será la
mitad de los frutos, los patos, cangrejos y pescados, la mitad de las espadañas
y las cañas verdes. Y así también juntará la gente todo lo que mate entre las
espadañas.
Así respondió el Atziquinahay. De esta manera fue hecha la división
del lago, según contaban nuestros abuelos. Y así fue también como nuestros
hermanos y parientes se quedaron con los zutujiles.
Pero nosotros no aceptamos la invitación para quedarnos. Nuestros
primeros padres y abuelos, Gagavitz y Zactecauh se fueron y pasaron adelante
entre las tinieblas de la noche.
Cuando
hicieron todo esto no había brillado la aurora todavía, según contaban, pero
poco después les alumbró. Luego llegaron al lugar de Pulchich, de donde
partieron en grupos.
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