La misteriosa Dama de negro sale a darles consuelo a las víctimas
que no llegan a serlo.
Sale a perdonar a los que, en su defensa, se ven en la necesidad de
quitarles la vida a los asaltantes, a los secuestradores y a los
violadores.
Dios le ha encomendado que lleve la luz de una vela, en señal de que
ahí se ha hecho justicia.
Si alguien es asesinado víctima de un asalto, entonces una figura
femenina aparece . No es un ángel, ni es un nahual.
Se aproxima al cuerpo sin vida, se inclina y la capa negra que la
cubre parece flotar y envolverla como si fuera niebla espesa.
La
mujer se inclina y coloca una vela junto al cuerpo sin vida, y así como vino,
se va. Con la misma sonrisa, casi imperceptible, y con la misma
tranquilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario