miércoles, 5 de noviembre de 2014

INTRODUCCIÓN CUENTOS Y LEYENDAS

No tengas miedo antes de haber conocido los cuentos y leyendas de solola.

Guatemala es un país rico en leyendas y cuentos sobre espantos y aparecidos.   Posee muchos personajes surgidos del imaginario popular que le dan a las noches y a los caminos obscuros un especial sabor. Muchos de estos personajes son comunes para la mayoría de países latinoamericanos y otros son producto del sincretismo cultural que se dio en esta bella nación. Detallar cada historia, cuento o leyenda es tarea de titanes, por lo que me limitaré únicamente a  hacer mención de las más conocidas.


Las Leyendas del origen del lago de Atitlan Pais del Agua



Unidos los dos términos, uno se sustantiva y el otro se adjetiva en Atit Alá, pero ya en la interpretación que le dieron los primeros castellanos, en el siglo XVI se convirtió en Atitlán, suprimieron la vocal después de la consonante T y le agregaron una N al final Atitlán.
Los orígenes del Lago de Atitlán son de hace mucho tiempo cuando los cakchiqueles dieron muerte a saetazos a Tolgom: se marcharon más allá del lugar de Qakbatzulú y arrojaron a la laguna los pedazos de Tolgom. Desde entonces es famosa la punta del cerro del lanzamiento de Tolgom. Enseguida dijeron: Vamos adentro de la laguna. Pasaron ordenadamente y sintieron todos mucho miedo cuando se agitó la superficie del agua.
De allá se dirigieron a los lugares llamados Panpatí y Payán Chocol, practicando sus artes de hechicería. Allí encontraron nueve zapotes en el lugar de Chitulul. A continuación comenzaron a cruzar el lago todos los guerreros yendo por último Gagavitz y su hermana llamada Chetehauh. Hicieron alto y construyeron sus casas en la punta llamada actualmente Qabouil Abah. Enseguida se marchó Gagavitz; fue realmente terrible cuando lo vieron arrojarse al agua y convertirse en la serpiente emplumada. 


Al instante se obscurecieron las aguas, luego se levantó un viento norte y se formó un remolino en el agua que acabó de agitar la superficie del lago.
Los poblados mencionados han de haber estado en la parte noroeste del lago, mientras que lo siguiente pudo haber sucedido cercano al actual Santiago Atitlán:  Allí deseaban quedarse las siete tribus, querían ver la ruina del poder de los zutujiles. Cuando aquellos bajaron a la orilla del agua y se detuvieron allí, les dijeron a los descendientes de los Atziquinahay: Acaba de agitarse la superficie de nuestra laguna, nuestro mar ¡oh hermano nuestro! Que sea para ti la mitad del lago y para ti una parte de sus frutos, los patos, los cangrejos, los pescados, les dijeron. Y después de consultar entre sí, contestaron: Está bien, hermano. La mitad de la laguna es tuya, tuya será la mitad de los frutos, los patos, cangrejos y pescados, la mitad de las espadañas y las cañas verdes. Y así también juntará la gente todo lo que mate entre las espadañas.
Así respondió el Atziquinahay. De esta manera fue hecha la división del lago, según contaban nuestros abuelos. Y así fue también como nuestros hermanos y parientes se quedaron con los zutujiles.

Pero nosotros no aceptamos la invitación para quedarnos. Nuestros primeros padres y abuelos, Gagavitz y Zactecauh se fueron y pasaron adelante entre las tinieblas de la noche. 

Cuando hicieron todo esto no había brillado la aurora todavía, según contaban, pero poco después les alumbró. Luego llegaron al lugar de Pulchich, de donde partieron en grupos.

martes, 4 de noviembre de 2014

EL CADEJO


Un cadejo es un animal legendario de la
región mesoamericana extendida entre las zonas rurales e incluso urbanas de Centroamérica. 




Se dice que es un mítico perro (o dos perros) que generalmente se le aparece a quienes deambulan a altas horas de la noche y al cual se le atribuyen poderes misteriosos.



En la actualidad, se puede establecer comparaciones de lo anterior con el pensamiento cristiano, que expresa que el hombre tiene un ángel guardián que lo protege de los peligros. 


La creencia supone la existencia de un animal compañero para cada hombre. Ese animal es elCadejo blanco. 

 Se cree que cuida a aquellos que se embriagan y deambulan por las noches ayudándoles a encontrar el camino a casa o bien durmiendo cerca de ellos para evitar les roben o dañen.





También este personaje tiene su resonancia precolombina maya en un espectro bienhechor guardián de los caminos.

Las diferentes versiones de la leyenda en Centroamérica describen a un cadejo blanco y uno negro (generalmente benigno y maligno respectivamente), o simplemente un solo cadejo negro (generalmente benigno). 

La leyenda del Cadejo es el vestigio de una antigua creencia que supone que todo humano posee un animal de compañía. 


Este mítico animal es el doble del hombre, de tal manera que la enfermedad o la muerte del primero conllevan la enfermedad o la muerte del segundo. 

Dicho animal acompaña al hombre en todos sus viajes solitarios por la noche; y en la versión de doscadejos, el blanco lo protege y lo defiende contra los malos espíritus encarnados en el Cadejo negro, color tenebroso que simboliza la muerte, o sea, el mal en todas sus manifestaciones.


Según las versiones de la leyenda existentes en Guatemala, el cadejo es un mítico animal fantasmagórico que aparece a las personas. La versión más conocida de este animal es la de forma de solo un cadejo, descrito como un extraño perro de color negro y ojos rojos que pareciera tienen fuego.
Las otras versiones refieren que este ser tiene dualidad, el negro y blanco, este último cuida de mujeres en el mismo estado físico, sin embargo éstos son rivales y no pierden oportunidad de agredirse, aunque se narra que se han unido para salvaguardar a sus protegidos de otro espectro como la Llorona, la Siguanaba o de algún maleante.


Es un espíritu que cuida el paso tambaleante de los borrachos y las mujeres.


 Materializado en un animal adopta la forma de un perro lanudo, con casquitos de cabra y ojos de fuego. Existen dos variantes: el que cuida a las mujeres es blanco y el negro es el que cuida a los hombres que están en peligro.

Tiene especial atención con los borrachos que se quedan tirados en las calles. 

Pero éstos deben evitar que les lama la boca, porque si no, los perseguirá toda su vida.




LA DAMA DE NEGRO


La misteriosa Dama de negro sale a darles consuelo a las víctimas que no llegan a serlo



Sale a perdonar a los que, en su defensa, se ven en la necesidad de quitarles la vida a los asaltantes, a los secuestradores y a los violadores. 


Dios le ha encomendado que lleve la luz de una vela, en señal de que ahí se ha hecho justicia. 

Si alguien es asesinado víctima de un asalto, entonces una figura femenina aparece .  No es un ángel, ni es un nahual.  

Se aproxima al cuerpo sin vida, se inclina y la capa negra que la cubre parece flotar y envolverla como si fuera niebla espesa.  


La mujer se inclina y coloca una vela junto al cuerpo sin vida, y así como vino, se va.  Con la misma sonrisa, casi imperceptible, y con la misma tranquilidad.



EL ESPANTO ENTIERRO

La historia de la procesión del Señor Sepultado de la iglesia de Santa Catarina  está envuelta en la neblina de las leyendas y ligada a los vaivenes históricos del país.



Se dice que fue al Santo Hermano Pedro a quien -mientras rezaba en la iglesia del Calvario, en La Antigua- Jesucristo mismo se le apareció y le dijo:“Estoy cansado. Bájame de la cruz. Quiero descansar en el Coro del Convento Las Catalinas”.


Obediente, el Santo lo desclavó y lo trasladó, arrastrándolo, por las calles empedradas. 

Como muestra, la imagen tiene señales de raspaduras en uno de sus talones.

Durante los gobiernos de fines del siglo XIX las procesiones fueron prohibidas y cuando vuelven a las calles, la del Señor Sepultado de la iglesia de Santa Catarina no lo hace.




Con los años fue trasladada al valle de la Ermita. 


Según la tradición oral, durante la madrugada del Sábado de Gloria, después que las grandes procesiones del centro habían regresado a sus iglesias, los vecinos del barrio de Santa Catarina escucharon un cortejo fúnebre poco usual, con todo y el crujido de las orquillas, las sombras de los penitentes caminando y hasta los tambores de las marchas fúnebres, que pronto se desvaneció en la penumbra. 



De ahí surgió el nombre con el que se le conoce: el Espanto Entierro.